Melanie Joy, psicóloga social, afirma que este fenómeno se explica por un proceso de negación. Hacemos caso omiso de los hechos: de la capacidad de conciencia de los animales, de su capacidad para sentir dolor, de las crueles prácticas ganaderas, de que no necesitamos comer carne y de que, por lo general, sin ella viviríamos más y mejor.