El llanto de los Elefantes
En Tailandia los elefantes son separados de sus madres desde pequeñitos para ser usados en atracciones y hacerlos trabajar para que la gente se monte en ellos, creyendo que son felices así. Jamás un animal silvestre será feliz lejos de sus congéneres, su hábitat y para colmo maltratado y torturado horriblemente desde pequeño para que su espíritu se quiebre y solo obedezca órdenes, como si fuese un autómata.
En un artículo de la Revista Magazin aparecen fotos y se explica cómo se «entrenan» los elefantes. Es terrible y doloroso.
En su medio natural, los elefantes están unidos de por vida a los miembros de su familia por fuertes lazos. Recorren largas distancias (lo que es esencial para su bienestar físico y mental) y cuidan los unos de los otros, enseñando a los elefantitos a sobrevivir, avisándose de los peligros y compartiendo la comida.
Existen muchas promociones turísticas para ir a ver a los elefantes en Tailandia. Muchos turistas no saben cómo estos elefantes han sido entrenados para trabajar para el ser humano. Algunas promociones dicen: Primero, observaremos el baño de los elefantes en el río y posteriormente seguiremos a estos paquidermos en su inteligencia con mucha memoria en un espectáculo-show. Después continuaremos a montar a lomos de elefantes durante una hora a través de la selva.
En 1993, Honey, una hembra joven de Surin que viajaba por el norte participando en espectáculos para obtener ingresos, fue atropellada por un vehículo y así se le fracturó la pelvis. Luego pasó tres meses agonizante. Si estos elefantes estuvieran libres en la selva jamás aceptarían que nadie se suba a sus lomos ni trabajarían para nadie; pero como su espíritu está roto carecen de voluntad y solo les queda obedecer a su «amo».
Asimismo, en los zoos los elefantes llevan unas vidas miserables, encerrados en recintos pequeños (a veces minúsculos) sin una brizna de hierba o un árbol, unas veces solos y otras compartiendo su encierro con otro elefante que le es extraño y por el que no sienten empatía. Con sus naturales instintos de manada frustrados, suelen enfermar por la falta de ejercicio y de contacto social.
En el caso de los circos hay que añadir el perpetuo encadenamiento, el no poder moverse jamás salvo el ratito que salen a la pista, su vida en recintos diminutos, las torturas a las que los someten para que hagan los «numeritos» que un elefante jamás haría de forma espontánea, los constantes y agotadores viajes metidos en carromatos, la angustia y el estrés de las luces y ruidos de la pista. La vida de los elefantes en los circos es un auténtico infierno.
Nunca vayas a Tailandia hasta que no prohíban tanta crueldad con estos animales e incluso otros más. Tampoco vayas a los circos que usan animales, con eso solo apoyas su explotación y su maltrato.
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Comunicadora social, capacitadora laboral, miembro de ALCO como voluntaria en la protección de los animales.
Tanta crueldad…tanto afán de maldad, todo por un poco de dinero, personas mediocres, malvadas y crueles. Si eres pobre o rico, inteligente o ignorante, simepre los maltratas «por necesidad». Y por necesidad te aborresco, porque no existe excusa.
malditos humanos pero todo se paga,y los animalitos tendran siempre su cielooo
Solo nos queda reflexionar ante tanta barbarie, tomar conciencia y enseñar a las demas personas que se debe guardar respeto por los indefensos animales y por la naturaleza.
Algún día el cielo… vengara todo esto!!
Me duele la cabeza de solo pensar en la gentuza esta maldita que maltrata a los elefantes y demas animales. Ojala mueran con dolor y luego se vayan al infierno.
Exactamente, este mundo es el infierno, sobre todo para los animales.
no puedo creer que la gente pueda ser tan mala!!! a mi lo unico que me provoca hacerle a ese animal es tocarlo y hacerle cariño o tan solo observarlo… me parte el alma y me hace pensar en que tal vez el mundo debería acabarse.. definitivamente este es el infierno… estoy sin palabras …