La Infeliz Vida de un Perro en la Azotea

Muchas personas reportan a malos vecinos quienes tienen a sus perros viviendo en la azotea o techo de su casa, en la intemperie y entre la suciedad. Tal parece que olvidaron que su perro es un ser vivo que siente y sufre.

Estos actos de crueldad se dan muy seguido porque mucha gente cree que los perros no necesitan vivir acompañados y pueden estar confinados a un solo espacio o ambiente de la casa toda su vida, sin tener contacto con otro(s) animal(es) o persona(s) y solo lo tiene eventualmente cuando le alcanzan, muchas veces de mala gana, la comida o limpian el sitio donde el perro o perros viven prácticamente a «su suerte».

Esas víctimas (los perros e incluso gatos) pueden vivir años en una azotea o en un patio encerrados, pero eso no quiere decir que su calidad de vida sea buena. Una persona encerrada en un cuarto también podría vivir muchos años ahí, sin embargo, eso no indicaría que la persona es feliz en ese lugar, ni mucho menos que su salud mental e incluso física estará bien.

Al igual que los humanos los perros (y gatos) necesitan estar siempre en contacto con otros animales (incluidos humanos). Los perros y gatos son animales que viven y son felices en manadas porque son animales sociables. Justamente esa necesidad de socializar fue el motivo por el que el humano pudo domesticarlos, sin ese factor hubiera sido imposible. Por lo tanto, recluirlos en un lugar especifico de la casa y encerrarlo ahí por días, meses o años es una crueldad tan grande y tan dañina para el animal que se han visto casos de perros que han enloquecido y se han lanzado desde la azotea a la calle para salir de esa lenta tortura.

Actos de crueldad como estos son muy difíciles de solucionar o resolver pues si el «responsable» del animal no desea cambiar su actitud no se puede hacer mucho por rescatar a la víctima, ya que es complicado entrar a una casa particular sin autorización. Solo recordemos el caso Hope sucedido en la calle Risso 137, Lince (Lima), en julio del 2021; cuando los rescatistas pudieron sacarlo del techo donde era torturado, ya fue demasiado tarde, Hope murió de inanición, daños en el hígado y riñones y fractura de la columna. Sus victimarios fueron las familias Ramos Málaga y Ataulluco Solórzano. Hasta el momento seguimos esperando qu la Fiscalía del Perú haga justicia.

Sin embargo, se debe intervenir y presionar a las autoridades para que cumplan su función. La Ley de Protección Y Bienestar Animal Nº 30407 prohíbe el maltrato animal y el Artículo 206-A del Código Penal lo sanciona con cárcel. Es maltrato evidente el dejarlos en azoteas o techos y quien lo niegue es alguien sin empatía, sin alma.

Lo primero que debemos hacer es hablar con el responsable del animal y explicarle que lo que está haciendo va contra la salud del animal y que si no puede mantenerlo dentro de la casa, conviviendo con toda la familia, sería mejor que lo dé en adopción y no tenga más animales. Si no entiende ni cambia su actitud, se debe hacer la denuncia ante la comisaría y municipio correspondientes basándonos en la Ley de protección animal vigente y también en la Ordenanza sobre tenencia de canes del municipio donde ocurre el hecho, si la tuviese.

Casos así muchas veces se dan porque los que adquieren, compran o adoptan un cachorrito lo hacen con el único fin de que sea el «juguete» de sus hijos pequeños, quienes no saben cómo educarlo ni tienen responsabilidad alguna. Finalmente el cachorro crece y deja de ser el «juguete» bonito para ser una «carga» que no sabe ni siquiera dónde hacer sus necesidades fisiológicas pues nunca tuvieron la paciencia de enseñarle y como única solución se les ocurrió confinarlo en la azotea o algún lugar de la casa para que no moleste ni ensucie ni rompa nada.

Los perros y gatos no son objetos de usar y tirar, tienen vida y sienten y hay que ser MUY RESPONSABLE y contar con lo necesario para tener uno. Si no es así, entonces mejor es no tenerlos.

Desde aquí queremos pedirte que nunca dejes a tu perro o gato abandonado en la azotea. Él jamás va a ser feliz ni tendrá buena calidad de vida encerrado en la azotea, patio, balcón, techo o cuarto de la casa. Así tenga alimento y agua. Lo que él necesita para ser feliz, aparte de comida, paseos diarios y atención veterinaria, es tu compañía, tu atención y sobre todo tu cariño. Ponte en su lugar y pregúntate: ¿tú vivirás feliz en un techo toda tu vida?

¿QUÉ PUEDES HACER PARA QUE UN PERRO NO TERMINE EN UNA AZOTEA?

Dejarlo en la azotea es igual o peor que abandonarlo en la calle. Él es parte de tu familia y debe vivir dentro del hogar, junto a lo que él cree que es su manada, su familia.