El consumo de perros en chifas del Perú
A mediados de enero del 2018 se ha visto en redes sociales y en medios de comunicación la noticia sobre el supuesto hallazgo de carne de perro para consumo en uno de los chifas (restaurantes de comida china) de la cadena Asia, en el distrito de Independencia, Lima, cuyo dueño es el ciudadano chino Xin Huan Liu. La carne fue encontrada en la camioneta de Xin Huan junto con un perro vivo, el que se hallaba casi asfixiado por estar metido dentro de un costal cerrado.
Ante estos hechos mucha gente reaccionó con indignación. Uno, por el engaño de que la carne al parecer provenía de perros y no de vacas. Y dos, porque el perro es considerado en nuestra cultura occidental como un “animal de compañía”, no como un animal apto para consumo. La indignación llegó a tal grado que decenas de personas se aglomeraron en la puerta del chifa para golpear al dueño y las redes sociales se inundaron de insultos e improperios contra Xin Huan.
El abogado De La Cruz, defensor de Xin Huan, finalmente lo sacó del problema en que se había metido, pues alegó que el día que su patrocinado fue a comprar carne de vaca al camal ((Lugar donde se matan vacas y cerdos y donde también se vende su carne.)) alguien ahí le regaló al perrito que fue encontrado en su camioneta (sí, ese que estaba dentro de un costal amarrado). Posteriormente las pericias en la carne hallada en la camioneta dieron como resultado que era de carne de vaca y no de perro.
Sin embargo, quedan interrogantes
1.- ¿Por qué un camarero venezolano del chifa dijo que él pensó que en Perú se consumen perros cuando la gente fue al lugar a reclamar y protestar contra la supuesta matanza de perros para consumo?
2.- ¿Por qué el perro se encontraba dentro de un costal casi asfixiándose? ¿Es así como se trata a un animal que se ha “adoptado”? Este acto es un maltrato evidente.
3.- ¿El examen pericial realizado a la carne por la policía es fidedigno? Todo el mundo sabe que, desgraciadamente, en esta entidad del Estado peruano existen elementos deshonestos. Pero, ahora, ante la Ley la carne es de vaca.
Esto no es de ahora
Desde hace algunos años hay rumores de que en los chifas del Perú negocian con carne de perro engañando así a su clientela que cree que es de vaca. Hasta el momento no se ha podido comprobar fehacientemente que sea así. Sin embargo, es posible que sí, pues en la cultura oriental no está mal visto el consumo de perros y gatos. Se sabe que en China los perros o gatos consumidos son asesinados de la peor forma y eso es algo que nadie puede negar y puede ser que aquí ellos sigan sus costumbres… Por eso nos preguntamos, ¿el perrito metido en el costal no sería para el consumo personal de Xin Huan?
Hay que comparar dos episodios parecidos
Ahora bien, si comparamos lo de los chifas con lo que sucede en La Quebrada, Cañete, donde se consumen gatos todos los años en el festival “Curruñao” en homenaje a su santa, “Efigenia” (incluso, dicen, criados especialmente para cocinarlos), existen algunas diferencias que sorprenden. Veamos:
– Ni los dueños de los chifas chinos ni la comunicad china del Perú han aceptado que consuman perros ni que usen carne de perro en sus chifas.
– En La Quebrada los cocineros y asistentes dicen abiertamente y sin vergüenza o restricción alguna que matan (ahogándolos, estrangulándolos o asfixiándolos), cocinan y consumen gatos. A pesar de que la carne de gato no es apta legalmente para el consumo humano en el Perú (así como la de perro tampoco) y consumirla podría ir contra la salud pública. A pesar de que existe una Ley de protección animal que pena con cárcel y multas a quién mate a un gato o a un perro. A pesar de que el gato también es un animal considerado “de compañía” en nuestra sociedad. Pero hasta el momento ninguna autoridad ha iniciado una investigación y proceso penal de oficio contra los organizadores de ese festival y el delito siempre ha quedado impune.
Lee también Noticia sobre el consumo de gatos en Cañete.
Un pequeño análisis sobre cómo actuamos los humanos
Pareciera que todo se rige según cómo lo transmitan los medios de comunicación. Si ellos orientan la noticia hacia lo gracioso y anecdótico, como sucede con lo del festival Curruñao, entonces la mayoría aceptará esa noticia como anecdótica y graciosa, así la noticia exponga un hecho cruel que va contra las leyes peruanas y contra nuestras costumbres. En el caso del chifa Asia, los medios transmitieron la noticia como algo inaudito y condenable, que no debía suceder y entonces la gente enfurecida criticó el hecho como inhumano, pidiendo la cabeza de Xin Huan y que todos los chinos abandonen el Perú ipso facto. Pero ahora que los medios dan la noticia del resultado del examen a la carne que resultó era carne de vaca (según la policía), entonces Xin Huan incluso debería ser indemnizado (¡!).
¿En dónde están los parámetros de lo que está bien y de lo que está mal? ¿O nos dejamos influenciar por lo que nos muestran y cómo nos lo muestran sin detenernos a analizar?
Si realmente existen los chifas donde cocinan carne de perro y la sirven como de vaca, creemos que es decisión de cada persona si desea ir o no a este tipo de restaurantes, esa decisión queda bajo su responsabilidad. Pero debemos aceptar que diferencias entre un perro, un gato o una vaca no hay. Esas diferencias las hacemos los humanos. Los perros no piensan: “yo soy un perro y por eso no me deben comer” y la vaca no piensa feliz: “yo soy una vaca y por eso sí me deben comer” porque ellos simplemente quieren vivir tanto como los humanos. El problema reside en que los humanos los diferenciamos según nuestra capacidad de empatía, justicia y gula. La carne de esos animales son órganos vitales de mamíferos que alguna vez tuvieron vida y sintieron exactamente como nosotros.
Entonces para decidir qué comer o qué no, no podemos basarnos simplemente en que unas especies de animales están catalogados por la ley o por nuestras costumbres como “de consumo” y otros catalogados como “animales de compañía”. Mejor decidamos qué comer según nuestro grado de imparcialidad y razonamiento sobre lo que todos estos seres sienten. Ir un poco más allá de lo que nos han inculcado como “bueno” y abrir los ojos a la realidad que hay en el consumo y explotación de animales.
Creemos que la solución al maltrato, explotación y crueldad hacia los animales es la educación y la información.