Toros, encuesta y opinión

10856590_10153543401225130_1711695549693588660_o.jpgEncuesta ocultada  Por Cesar Hildebrandt.

«Como ningún periódico lo ha reseñado, pues aquí va el resultado de la encuesta que acaba de hacer la Universidad de Lima en relación a esa ceremonia depravada que algunos llaman “fiesta taurina”.

Resulta que el 73 por ciento de los encuestados en la ciudad de Lima rechaza esa barbarie y sólo el 27 por ciento la aprueba.

O sea que la aprobación a “los toros” está en el mismo nivel que la popularidad del presidente de la República.

Además, como lloriqueaba un cable, un 67 por ciento señaló que aquella infamia no puede ser considerada “una fiesta nacional”.

Qué decepción para los cuchilleros vestidos de bermellón y oro.

¿Y ahora qué hacemos?

¿Qué le decimos a alias El Juli y a alias El Cid?

Por lo pronto, como dicen que vivimos en democracia, el alcalde del Rímac debería cuadruplicar los impuestos al uso del camal de Acho y quintuplicar el porcentaje ridículo que hoy cobra por cada entrada. ¿O es que recibe algún estipendio subrepticio?

Porque ese 73 por ciento de asco y condena debería ser tomado en cuenta.

¿O es que las mayorías no significan nada?

Mi insistencia en el tema viene de lejos y se emparenta, de algún modo, con aquellas creencias orientales sobre la transmigración de las almas.

Vishnú, uno de los dioses del hinduismo, fue primero un pez, después una tortuga, más tarde un jabalí y, por último, un león con melena y todo.

Pero este amor por los animales también procede de San Francisco, quizá el mayor personaje del cristianismo después de Cristo. Porque “el mínimo y dulce” Francisco de Asís –los adjetivos son de Rubén Darío- estaba convencido de que los animales eran hermanos del hombre y hablaba de la hermana paloma y del hermano lobo.

Lo que muchos cristianos no saben es que el cristianismo es zoófilo y que esa doctrina fue expresada por Cristo el llamado Jueves Santo, cuando ordenó a su grey la fraternidad humana en la divinidad y la supresión de los sacrificios cruentos de animales.

No hace falta recordar que el Papa San Pío V promulgó en 1567 una bula anunciando la excomunión de los príncipes cristianos y jerarcas eclesiásticos que toleraran “estos torpes y cruentos espectáculos más de demonios que de hombres…”Es cierto también que la España negra presionó, con el infame Felipe II a la cabeza, y que, al final, el Papa Clemente VIII levantó la prohibición sin dejar de condenar el espectáculo.

En España, sin embargo, para honra de los llamados grandes, fue el conde de Bailén quien en 1960 fundó la Asociación contra la Crueldad de los Espectáculos.

Bailén recordaba que fue San Prudencio, Obispo de Calahorra, quien convenció al emperador Honorio, en el año 404 de nuestra era, para que aboliera la salvaje lucha de los gladiadores. Y se preguntaba si algún obispo podía hacer algo respecto de los toros.

En este rechazo visceral a la crueldad que quiere ser arte y al salvajismo que aspira a ceremonia han estado españoles como Ramón y Cajal, Manuel Machado, Gregorio Marañón o Jacinto Benavente.

Ni ibérica resulta ser del todo esta bestialidad. En Creta, hace 3,000 años, a algunos hirsutos se les ocurrió que los bueyes podían ser meneados y aporreados.

El famoso antitaurino Santiago Esteras Gil, de cuya pluma procede buena parte de la información de esta columna, cita esta frase de Virgilio: “Hay que respetar el dolor que no tiene palabras, el derecho que no tiene defensa”.

Y cuando Lawrence Grobel le preguntó a Marlon Brando, en una legendaria entrevista, qué era lo que más le repugnaba, el gran actor respondió sin miramientos ni modales:

“Las corridas de toros. Me gustaría ser el toro, pero con mi propio cerebro. Primero, me concentraría en el picador. Luego perseguiría al matador. No, me le acercaría hasta que se ensuciarse el calzón de miedo. Y le metería un cuerno en el culo y lo haría desfilar alrededor de la plaza…».

Fuente: Diario la Primera

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7 Respuestas

  1. Josep Lluis dice:

    ¡Hola a todos! Os escribo desde Barcelona (España) Hoy es un día grande aquí, nuestro parlamento autonómico (Catalunya) acaba de prohibir las corridas de toros a petición popular. Se ha impuesto el progresismo frente al rancio tradicionalismo, el amor por la natutaleza frente a la barbarie. Os animo a que al otro lado del charco lo intenteis vosotros.

  2. Santiago Muñoz Roig dice:

    Si este fuera un país normal, es decir, con leyes justas, quienes torturan a los animales con especial saña -los comúnmente llamados toreros- compartirían celda con los terroristas mas siniestros y los asesinos más violentos.
    Este país debe de salir de una vez de la cueva de Atapuerca y modernizarse en el seno de la Europa del siglo XXI.Basta ya de mediocridad y de incultura, una incultura que va a promover -parece ser- la patética Esperancita Aguirre (defendiendo a los sanguinarios taurinos(, manchando así de sangre la noble imagen de nuestra muy querida y amada España

  3. Angie dice:

    Pobre idiota “Salustegui”, que tanta gente siga con este vano arte no significa que sea positivo, osea si la mayoria de gente se tira de un edificio y solo unos cuantos no lo hace, significa que esta bien?, no seas tan ignorante porfavor, eres una muestra del retardo de la evolucion humana.

  4. Admin dice:

    «Salustegui»: Así sean los taurinos millones de personas eso no indica que lo que le hacen a los animales (toros y caballos) en las plazas esté bien y sea ético o moral. ¿Y Llamas derechos a gozar con el sufrimiento de un animal? Eso más bien es más sadismo que un derecho y todavía te excusas en que ese «derecho» tiene una antigüedad de 5 siglos… Entonces si nos basamos en antigüedades podríamos restaurar la crucifixión o el circo romano porque tal vez a 3 o más millones de personas les gustaría ver a gente devorada por leones o crucificada o bajo la guillotina… Que a un grupo de personas les encante ver sufrimiento o muerte no indica que esté bien y menos aún que sea un Derecho. ¿Dónde aparece ese «derecho» en la Constitución? Esa «fiesta» tiene poco tiempo de vida ya, eso no lo pueden negar porque cada día son más las personas que la rechazan por no servir para nada bueno y por ser cruel e inhumana. Si es arte o cultura no nos interesa, también puede ser arte torturarte, humillarte y maltratarte a ti hasta que mueras y no por eso lo vamos a hacer, no solo porque esté prohibido por la Ley sino porque existen valores en algunos seres humanos que nos impiden hacerlo.

  5. Carolina Lomparte dice:

    nadie cuerdo va a ese lugar… en fin!! son unos maricones!! todo lo que le hacen al toro antes de mandarlo al matadero!! a ver si esos maricas con vestidos apretados lo harian si el toro estuviera en optimas condiciones!!! lo moleria a cornazos!!! y seria un VERDADERO ESPECTACULO!!! es aplaudible la muerte de un torero, creanme que las celebro! me llenan de alegria taurina, si señores , esa si es una fiesta!!! deberíamos alzar nuestras voces de protesta!! deberiamos hacer tantas cosas que solo quedan en palabras…

  6. Salustegui dice:

    Azorin, el intelectual que màs aprecia Hildebrand era aficionado a los toros.

    Una inmensa minoria, nada menos q 3 millones de limeños, que no opinan igual que el y que los animalistas, tambièn tienen derechos, sobre todo cuando ese derecho tiene una antiguedad en el tiempo de 5 siglos. Y las ideas animalistas unos cuantos años por aca.

  7. Gissela Castro Campos dice:

    Realmente una bestialidad¡¡ y luego nos preguntamos por que el mundo esta como esta? porque hay tanta violencia en el mundo?….en la biblia hay un hermoso versiculo que dice: “El justo se preocupa por la vida de sus animales, pero los sentimientos de los impíos son crueles» lo cual indica que Dios condena la crueldad hacia los animales.
    Que Dios tenga piedad de esta gente malvada como son los toreros la piedad que ellos jamás sintieron por los toros.

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